Con solo 20 años, Juan Ignacio Ramírez tiene el récord de haber anotado 130 tantos en las inferiores de Liverpool; hoy vive un gran presente, pero admite querer aprender y no conformarse con nada.
“¿Sabe una cosa? Cuando Ruben Paz estuvo en el club (como asistente de Mario Saralegui) me dijo que es un goleador nato, que es el mejor jugador, con un gran sentido de la orientación y que va a hacer muchísimos goles. Lleva 130 entre todas las divisiones formativas de Liverpool”.
Estas fueron palabras del presidente negriazul, José Luis Palma, poco antes de conocer un poco más del mercedario Juan Ignacio Ramírez quien fue una de las figuras de la primera fecha del Intermedio.
En Mercedes donde nació, le gustaba ayudar a su abuelo albañil y cargaba arena y tablones de madera. Era lo que podía hacer a su edad, con menos de 10 años. La cosa era ayudar a la familia y ahí estaba él.
Es un insaciable del gol. “Si hago dos como el otro día contra Boston River, quiero hacer el tercero, y si no lo hago, me enojo”, contó el delantero mercedario de 20 años.
En Mercedes viven sus padres a los que extraña, más allá de que en Montevideo ahora vive con su hermano Santiago de 16 años que juega en la sub 16 de Nacional de enganche. “Es mejor que yo”, dice Juan Ignacio. También vive con su novia Antonella quien estudia periodismo deportivo.
“¿Si ella cocina? A veces. No tiene paciencia, pero ayuda”, dijo riendo.
Jugó al baby en el club Asencio de Mercedes y algunos partidos los hizo en Con los Mismos Colores, jugando como refuerzo.
Logró ser campeón del interior en baby con este último club y también con la sub 13 mercedaria.
Entonces pasó a Sud América, del cual es hincha de toda la vida. “Mientras jugaba en sub 15, me vieron de Liverpool y me quisieron traer a Montevideo”, recordó nuestro entrevistado.
Agregamos que con 12 años, Ignacio, como le dicen todos, se fue a probar a Peñarol y poco después lo hizo en Nacional, Danubio y River Plate.
Pero Liverpool le dio la chance de que a los 13 años –como extrañaba mucho y no se adaptaba a la capital– viajaba a Montevideo sólo los miércoles a entrenar y los fines de semana a jugar. El técnico era Diego De Marco, actual entrenador de la selección sub 15. Así aceptó y fue entonces que la “pulseada” la ganaron los negriazules y que a los 14 ya se fue a vivir a la sede con los demás juveniles.
“Fue un cambio grande venir a Montevideo. Por suerte, vivía en la residencia de la sede y me trataban muy bien”, indicó.
Ignacio recuerda que hizo hasta tercer año de liceo y luego, cuando ya empezó a jugar en Cuarta división y había pasado a cuarto, se le empezó a complicar el estudio.
Así lo cuenta: “Hasta tercero la llevaba bien, pero cuarto ya era bastante más complicado y no tuve más remedio que dejar”.
Pero no se quiere quedar sin estudio y ya en Mercedes estudió cinco años de inglés y está viendo para hacer un curso de personal trainer y más adelante, de técnico.
“Gonzalo Mattos, el gerente negriazul me insistía para que estudiara en su momento. Siempre estaba alrededor nuestro”, agregó.
Puntualizamos que siempre le gustaron los deportes y en el Club Remeros de Mercedes, de niño, hizo básquetbol, natación, aunque no remo, un clásico mercedario.
En Montevideo, comenzó a romper las redes ajenas. En Cuarta fueron campeones invictos y se fueron a jugar la Copa Libertadores sub 20.
Ignacio dice que “Gabriel Oroza era el técnico, pero a la Copa fuimos con Alejandro Bertoldi (el actual DT negriazul). Jugamos un gran torneo, pero perdimos con São Paulo la final 1-0”.
Ya había estado en la selección nacional sub 18 que dirigía Alejandro Garay debido a que Fabián Coito se encontraba con la sub 20 en el Mundial de Nueva Zelanda. Disputaron un cuadrangular en Corea del Sur, en Suwon, en donde jugó casi todos los partidos la celeste actual. Eso lo catapultó para que el propio Coito lo preseleccionara para el Sudamericano de Ecuador de este año. Pero no quedó.
“No fue tan duro el golpe porque un mes y pico antes me fui dando cuenta de que no iba a quedar. Es que en Liverpool no jugaba en Primera porque tenía a grandes futbolistas antes que yo como Nicolás De la Cruz, Nicolás Royón y Carlos Bueno. Le pedí a Mario Saralegui para que me bajara un poco a Tercera, pero no quiso. Ahora cuando quedó Bertoldi, le pedí, me bajó, jugué dos partidos, hice cinco goles y me subió de nuevo y me dio oportunidades de jugar”, explicó.
Está en la historia de Liverpool por haber convertido 130 goles en las divisiones formativas, estampando un récord.
“El tema es que no podía ser el goleador del campeonato, porque siempre salía Rodrigo Amaral. Cuando nos vimos en la selección yo lo “embromaba” con que me sacaba siempre del primer lugar”, indicó sonriendo. Y agregó: “Rodri está intratable aún hoy”.
Mira mucho fútbol del mundo por TV. “Pero no miro cómo juega Barcelona”, dice. “Sigo a Luis Suárez, cómo aguanta la pelota, cómo se desmarca de los zagueros. Miro más a los delanteros y sus movimientos, que a los propios partidos. Todo suma y yo quiero aprender, quiero mejorar todos los días. No me conformo con nada”.
Queremos agradecer la gentileza de su padre Juan Ignacio Ramírez Polero quien fuera jugador y presidente del club Sud América de Mercedes.